El miércoles 22 de octubre se realizó el seminario web "La salud como eje estratégico en las negociaciones del Tratado Global sobre Plásticos", evento organizado por Salud sin Daño y Projeto Hospitais Saudáveis (PHS, socio estratégico de nuestra organización en Brasil) que reunió a representantes de gobiernos, organismos internacionales, profesionales de la salud, académicos y organizaciones de la sociedad civil para analizar el avance del futuro Tratado Global sobre Plásticos.
El encuentro —realizado de forma virtual con interpretación en español, portugués e inglés— tuvo como propósito analizar lo sucedido en la segunda parte de la quinta ronda del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5.2), evaluar el papel de la salud en el proceso y fortalecer la articulación regional de cara a la próxima etapa de negociaciones.
La salud, de un tema marginal a un eje estratégico
Jaquelina Tapia, gerenta técnica de programas de Salud sin Daño para América Latina, abrió el encuentro destacando que el INC-5.2 celebrado en Ginebra entre el 5 y el 14 de agosto marcó “un verdadero cambio de paradigma”.
“Por primera vez, la salud se posicionó como un eje estratégico dentro de las negociaciones y no sólo como un tema sectorial. Fue debatido tanto un artículo independiente como un enfoque transversal en los capítulos vinculados a producción, químicos y gestión de residuos”, señaló Tapia.
Durante esta ronda, más de cien países —entre ellos varios de América Latina— adoptaron una posición firme y articulada en defensa del derecho a la salud, insistiendo en la necesidad de reducir la producción de plásticos, eliminar químicos peligrosos y garantizar transparencia y trazabilidad en las sustancias que afectan la salud humana y ambiental.
Aun sin alcanzar consenso final, el proceso dejó una señal clara: la salud ha entrado definitivamente en la conversación global sobre plásticos.
Evidencia científica y liderazgo institucional
El seminario web contó con la participación del Dr. Leonardo Trasande, jefe de la División de Pediatría Ambiental de la Facultad de Medicina Grossman (Universidad de Nueva York), quien subrayó los impactos de las exposiciones químicas en la salud infantil y los costos económicos de las enfermedades de origen ambiental.
Desde la Organización Mundial de la Salud, Kate Robertson, asesora jurídica del Departamento de Promoción de la Salud, remarcó que enfrentar la contaminación plástica “exige una respuesta intersectorial”.
Costa Rica y Brasil, voces latinoamericanas
El panel contó también con la participación de Christiam Álvarez Vega (Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica) y Viviana Tinoco Monge (Misión Permanente de Costa Rica ante las Naciones Unidas en Ginebra), quienes compartieron la experiencia del país en la defensa de un enfoque de salud y justicia ambiental dentro del bloque latinoamericano.
Anne Caroline Luz Grudtner da Silva (Ministerio de Salud de Brasil), aportó una mirada local sobre la articulación entre salud laboral, exposición a sustancias químicas y políticas públicas, destacando el rol activo de su país en el Grupo de Trabajo sobre Plásticos (GPT).
“La experiencia de Costa Rica y Brasil demuestra que la región tiene liderazgo, capacidad técnica y compromiso político para vincular salud y ambiente en las negociaciones multilaterales”, señaló Tapia.
Un desafío político, no técnico
El panel de expertos coincidió en un punto clave: la salud debe ocupar un lugar central en el futuro Tratado Global sobre Plásticos.
Desde distintas miradas —científica, institucional y diplomática— los y las panelistas destacaron la urgencia de construir y fortalecer la evidencia científica que sustenta la relación entre la contaminación plástica y sus efectos en la salud humana, así como la necesidad de un abordaje intersectorial que involucre a los ministerios de salud, ambiente, economía, industria y educación.
Hoja de ruta para América Latina
Desde la perspectiva regional, el evento delineó varios puntos estratégicos de acción:
- Reconocer explícitamente el derecho a la salud como fundamento del tratado.
- Eliminar progresivamente químicos y aditivos peligrosos.
- Establecer límites reales a la producción de plásticos vírgenes.
- Evitar falsas soluciones como la incineración o el reciclaje químico.
- Garantizar una transición justa para las comunidades recicladoras.
- Integrar plenamente al sector salud en la formulación, implementación y monitoreo del tratado.
- Cerrar la brecha entre conocimiento y acción
En el cierre, Tapia recordó que la evidencia científica y la acción política deben caminar juntas.
“Los plásticos representan una crisis de salud pública que requiere respuestas integrales. Como sector, somos grandes usuarios de plásticos, pero también somos guardianes de la salud humana y ambiental. Lo que hagamos hoy puede marcar la diferencia en la vida de millones de personas.”
El encuentro concluyó con un llamado a fortalecer la coordinación regional, construir una hoja de ruta compartida y asegurar que la salud se mantenga en el centro del futuro Tratado Global sobre Plásticos.