Lanzamiento | Posición Común de América Latina y el Caribe sobre Cambio Climático y Salud

Más de 50 organizaciones de América Latina y el Caribe (ALC), entre las que se encuentra Salud sin Daño, pidieron a los gobiernos que dejen de alimentar la crisis climática.

Brasilia, 29 de julio de 2025- Con el inicio de la Conferencia Mundial sobre Clima y Salud de 2025 hoy, más de 50 organizaciones de salud de América Latina y el Caribe (ALC), entre las que se encuentra Salud sin Daño, pidieron a los gobiernos que dejen de alimentar la crisis climática, que los países ricos tomen liderazgo en cortar las emisiones que provocan el calentamiento climático y que proporcionen financiación integral y justa para prevenir y reparar los daños a la salud y la profundización de las desigualdades en la región de ALC, además de poner fin al extractivismo exportador en la región.

La conferencia, co-patrocinada por la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y el gobierno de Brasil, es un evento oficial en el período previo a las negociaciones de la ONU sobre el clima – COP30, que Brasil acogerá en noviembre.

En su Posición Común de América Latina y el Caribe sobre Cambio Climático y Salud, que se lanzará en la conferencia el 31 de julio, las organizaciones de salud destacan la relevancia del Plan de Acción de Salud de Belém, propuesto por la Presidencia de la COP30, que se centra en la adaptación de los sistemas de salud para que sean resilientes ante los impactos climáticos. Sin embargo, añaden que "es crucial que el plan sitúe la adaptación en el contexto más amplio de la acción climática, reconociendo los límites de la adaptación y las circunstancias de los sistemas de salud, especialmente en los países en desarrollo, donde la falta de una mitigación efectiva conducirá rápidamente al agotamiento de la capacidad de respuesta, lo que afectará gravemente la salud pública en América Latina y el Caribe".

Al considerar el cambio climático no sólo un problema ambiental, "sino también… un importante desafío ético y político", la Posición Común deja claro que se necesitan acciones intersectoriales y que las medidas para abordar las causas del cambio climático, incluyendo la transición justa hacia energías limpias y la restauración de los ecosistemas, traerán beneficios positivos para la salud de las personas. La Posición Común fue impulsada por la Red Latinoamericana y del Caribe sobre Clima y Salud (de la que forma parte Salud sin Daño), convocada por la Alianza Global por el Clima y Salud.

"Mientras se prepara para liderar las negociaciones de la COP30 en noviembre, el presidente de la COP30, el embajador André Corrêa do Lago, debe enfatizar a los gobiernos participantes que si bien es esencial hacer que los sistemas de salud sean más resilientes, proteger la salud va mucho más allá de simplemente adaptar nuestros sistemas de salud", dijo Jeni Miller, directora ejecutiva de la Alianza Global por el Clima y la Salud, que reúne a más de 200 profesionales de la salud y organizaciones y redes de la sociedad civil en el ámbito de la salud para abordar el cambio climático. "La salud debe abordarse como una prioridad transversal, mediante la reducción de emisiones, transiciones justas en sectores clave, reformando el modelo perjudicial de desarrollo y a través de financiamiento estratégico. Brasil debe garantizar que, en todos los pilares de la acción climática, la COP30 alcance compromisos ambiciosos que protejan la salud de las personas", agregó.

"En la COP30, para prevenir el sufrimiento humano y evitar abrumar nuestros sistemas de salud, los gobiernos alrededor del mundo deben actuar en todos los sectores como la agricultura, el agua y el saneamiento, la vivienda, el transporte y la energía, y deben abordar el principal impulsor del cambio climático mediante la eliminación gradual de los combustibles fósiles, haciéndolo de manera justa y de manera que no produzca nuevos daños a la salud", dijo Miller.

"A medida que los impactos del cambio climático se aceleran en América Latina y el Caribe, la salud de millones de personas ya se ve comprometida, los sistemas de salud están sometidos a una presión sin precedentes y las economías enfrentan un riesgo grave", dijo Milena Sergeeva, oficial de enlace para América Latina de la Alianza Global por el Clima y la Salud. "El brote de dengue de 2024 en las Américas afectó a 12,6 millones de personas. Dos tercios de los centros de salud de la región se encuentran en zonas de alto riesgo climático. En el Caribe, más del 250% del PIB de un país puede desaparecer en un día debido a un huracán severo. Como estos impactos son resultado de una crisis climática creada abrumadoramente por países desarrollados de altos ingresos, los países ricos deben brindar apoyo a los países de la región de ALC, en forma de financiamiento, acceso abierto a datos y transferencia de tecnología, para que los países de ALC tengan los medios para responder."

Las cincuenta organizaciones de América Latina y el Caribe (ALC) que han desarrollado la Posición Común unieron fuerzas en un espíritu de mutirão (esfuerzo colectivo) para presentar sus diversas perspectivas en un llamado conjunto a la acción. La Posición Común será lanzada el 31 de julio en la Conferencia de Clima y Salud,  de 14:30 a 15:00 en sala 3 de Idea Labs.

"En este momento, la región de América Latina y el Caribe debe mostrar su liderazgo para enfrentar la crisis climática a través de la descarbonización del sector salud con un enfoque de transición justa e impulsando una adaptación climática que se centre en las comunidades históricamente más marginadas y vulnerables a los efectos del cambio climático", dijo Fernando Rementeria,
gerente del programa de cambio climático de Salud sin Daño para América Latina.

Además de brindar recomendaciones a los gobiernos de la región, las organizaciones de salud también instan a la comunidad internacional a:

  1. Garantizar que las transiciones hacia una economía libre de combustibles fósiles sean justas y saludables, protegiendo la salud y los derechos humanos ante la creciente demanda mundial de minerales y productos agrícolas críticos que afectan a la región.
  2. Situar la adaptación en el contexto más amplio de la acción climática en el Plan de Acción de Salud de Belém.
  3. Aumentar el apoyo internacional para fortalecer las capacidades regionales en salud y cambio climático, facilitando la transferencia de tecnologías, recursos financieros y datos abiertos para la generación de evidencia científica y el fortalecimiento institucional en la región.
  4. Implementar medidas internacionales estrictas para limitar la influencia indebida de las industrias contaminantes en las negociaciones internacionales sobre el clima.
  5. Garantizar que los mecanismos de financiación climática prioricen proyectos que protejan la salud.

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El documento está disponible en español, inglés y portugués. También se puede acceder al resumen ejecutivo en español y en inglés.

Más información en el sitio web de la Alianza Global para el Clima y la Salud