El mercurio es un metal pesado que se encuentra en la naturaleza. A temperatura y presión ambiente, es un líquido blanco plateado (mercurio elemental) que se evapora rápidamente. Se encuentra en diversos productos, entre ellos termómetros y esfigmomanómetros o tensiómetros.
Cuando un termómetro se rompe, el mercurio líquido puede en parte, evaporarse en el ambiente y el resto, ir a parar con la basura común y contaminar el agua y el suelo. Si los restos del termómetro roto se tiran por el inodoro, el mercurio termina en los ríos, contaminándolos. Allí hay además, microorganismos capaces de transformar el mercurio elemental en una forma aún más tóxica: el metil mercurio. Este compuesto entra en los cuerpos de los peces, que cuando son consumidos por la población humana, pueden afectar negativamente su salud. De hecho, el metil mercurio en el cuerpo de una mujer embarazada puede atravesar la placenta y dañar al bebé en desarrollo.
En todas sus formas el mercurio es tóxico para el sistema nervioso central, provoca irritabilidad, temblores, alteración de la vista y la audición y problemas de memoria. En el lactante, la exposición puede causar una disminución del coeficiente intelectual y retardo en el desarrollo mental, así como problemas motores. También son susceptibles a sus efectos tóxicos, la piel, los riñones, el corazón y los pulmones.
Los termómetros se rompen de manera rutinaria en los hogares y en los hospitales. Esto genera riesgos de intoxicaciones o problemas que en nuestras casas no estamos preparados para resolver, como cuál es la manera indicada de recoger el mercurio que se dispersa por los pisos o la habitación donde ocurre la rotura.
Sólo durante el año 2006, en el Centro Nacional de Intoxicaciones se recibieron alrededor de 300 consultas por rotura de termómetros. Además, el mercurio que proviene de los hogares y los hospitales se emite al ambiente y contribuye a aumentar la carga global de este metal presente en el planeta y a poner en peligro la salud de la población, especialmente por la ingesta de pescado contaminado.
En la Argentina, solo en 2009 se importaron más de tres millones de termómetros clínicos de mercurio. Esta cantidad de termómetros, rotos, emiten al ambiente alrededor de tres mil kilos de mercurio. Ayudanos a evitar que los termómetros de mercurio sigan contaminando el planeta.
Más información sobre el mercurio en productos médicos:
Video que muestra los vapores de mercurio que no ves.
Mercurio en el sector del cuidado de la salud.
Política de la Organización Mundial de la Salud a favor de la eliminación del mercurio del sector salud.
Hoja informativa sobre el mercurio en el sector salud.
Informe sobre el movimiento global para el cuidado de la salud libre de mercurio.