Salud sin Daño se ha asociado con Norwegian Retailers' Environment Fund (NREF) en un proyecto de dos años enfocado en la producción y el consumo sostenibles de textiles en América Latina, el Sudeste Asiático y Europa. Esta iniciativa tiene como objetivo combatir la crisis mundial de plásticos y promover prácticas sostenibles.
Los textiles médicos, como los equipos de protección personal (EPP) —por ejemplo, batas, delantales y mascarillas—, así como las envolturas azules utilizadas para la esterilización, se encuentran entre los seis artículos plásticos más utilizados en la atención médica y pueden representar hasta el 10% de los desechos plásticos totales de un hospital. Estos artículos están hechos mayormente de polipropileno no tejido, un material difícil de reciclar. En Europa y Estados Unidos, estos textiles contribuyen al 20-35% de los desechos de los quirófanos, lo que representa el 30% del total de residuos hospitalarios. La adición de antimicrobianos complica aún más el reciclaje debido a los posibles residuos tóxicos y contribuye a la crisis de resistencia a los antibióticos.
Afortunadamente, muchos textiles médicos desechables tienen alternativas reutilizables que ya se están empleando de manera segura en hospitales de todo el mundo. Cambiar a batas, delantales y paños reutilizables reduce la producción de plásticos de un solo uso y minimiza los desechos.
El proyecto “La revolución de los textiles reutilizables: frenar la contaminación por plásticos en el sector de la salud" busca transformar la dependencia del sector de la salud en materia de plásticos y materiales tóxicos, promoviendo alternativas reutilizables. Financiado por el NREF, el mayor fondo ambiental privado de Noruega, esta iniciativa apoya proyectos que buscan prevenir y reducir la contaminación por plásticos, así como aumentar su reciclaje. Salud sin Daño tiene un sólido historial en el desarrollo e implementación de estrategias, políticas y prácticas para la reducción de plásticos en el sector de la salud.