A continuación se detallan algunos de los proyectos que Salud sin Daño y organizaciones miembro de todo el mundo han llevando a cabo.
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Junto con la Organización Mundial de la Salud y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Salud sin Daño desarrolló un proyecto financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
El proyecto se denominó "Demostración y Promoción de las Mejores Técnicas y Prácticas para la Reducción de Desechos Generados por la Atención de la Salud a fin de Prevenir Emisiones de Dioxinas y Mercurio al Medio Ambiente". Se llevó a cabo básicamente bajo el mandato del Fondo para el Medio Ambiente Mundial de asistir a los países en desarrollo en el cumplimiento de los objetivos del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes.
El proyecto, de diez millones de dólares, dio una demostración de medicina libre mercurio y dioxinas dentro de los establecimientos de salud elegidos como modelo en ocho países participantes: Argentina, India, Letonia, El Líbano, Filipinas, Senegal, Tanzania y Vietnam.
El objetivo general del proyecto fue reducir las emisiones de dioxinas y mercurio al ambiente a través de la promoción de las mejores técnicas y prácticas para la reducción y el manejo de los residuos hospitalarios.
Este objetivo incluía los siguientes componentes que cada país participante debía llevar a la práctica en colaboración con los gobiernos nacionales, las ONGs, asociaciones profesionales, universidades, hospitales y clínicas participantes.
- Desarrollar hospitales urbanos y rurales modelo que proporcionen una experiencia demostrativa sobre diferentes enfoques para eliminar las dioxinas y el mercurio.
- Establecer programas de entrenamiento y de educación nacionales sobre el manejo de residuos hospitalarios que sirvan a los respectivos países y regiones donde se encuentran.
- Asegurar que las nuevas prácticas de manejo y los nuevos sistemas ilustrados por el proyecto sean documentados a nivel nacional, promovidos, diseminados, replicados e institucionalizados.
- Colaborar con el proceso de preparación del Plan Nacional de Implementación del Convenio de Estocolmo
- Diseminar y replicar los resultados del proyecto a nivel regional y global.
También colaboramos con la Universidad de Dar es Salaam en Tanzania para construir y evaluar tecnologías alternativas a la incineración de bajo costo y de pequeño a mediano tamaño para que sean usadas en países en desarrollo. Estas tecnologías debían utilizar recursos locales y una gama de fuentes de energía que incluía la solar. La meta del Proyecto GEF fue replicar y promover estas tecnologías en otros países.
En el Hospital de Bagamoyo, cerca de Dar es Salaam en Tanzania se desarrolló un interesante proyecto piloto de esterilización de residuos infecciosos con autoclave. Junto con la ONG local AGENDA, la organización John Snow Inc, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Ambiente Global (GEF, por su sigla en inglés), Salud sin Daño logró capacitar al personal en tareas de segregación de residuos e instalar un autoclave y una trituradora. Por otra parte, también se organizó un comité para la gestión de residuos.
Los ensayos realizados con simulaciones de residuos hospitalarios demostraron ser el procedimiento más eficiente para desinfectar los residuos (leer informe técnico). Además, se trataron por autoclave bandejas de seguridad llenas de jeringas y luego se trituraron de modo tal de asegurar que las agujas dejaran de representar una amenaza.
El nuevo sistema se inauguró en octubre de 2008. Bagamoyo también fue seleccionado para ensayar las tecnologías desarrolladas por la Universidad de Dar es Salaam y por el proyecto PNUD/GEF.
Hace muchos años que en India existen normas claras con respecto al tratamiento de residuos hospitalarios y a pesar de ello, casi nunca se implementan. Salud sin Daño y su socio Toxics Link capacitaron al personal de todos los hospitales municipales en las ciudades gemelas Hubli-Dharwad en el estado de Karnataka.
Con el objetivo de ayudar al personal del hospital a poner en práctica la teoría, también se montaron pabellones modelo donde los integrantes del proyecto podían monitorear de cerca las actividades de segregación, generación de residuos y temas de seguridad para ayudar a los hospitales a resolver los problemas a medida que se presenten.
El programa de capacitación luego se extendió e incluyó un módulo para formar a quienes luego serían responsables de la capacitación, de modo que la Municipalidad pudiera mantener el nivel de habilidades logrado en sus hospitales. También se dio comienzo al proceso de reemplazo de los termómetros y tensiómetros de mercurio.
La vacunación es fundamental para prevenir enfermedades y salvar vidas. Sin embargo, los programas de vacunación a gran escala pueden generar enormes cantidades de residuos. A menudo los residuos se queman a cielo abierto; caso contrario, los donantes construyen incineradores de bajo presupuesto y escala para tratar los residuos generados por el programa, pero que luego terminan utilizándose para quemar otros residuos hospitalarios lo que hace que el problema de la contaminación por dioxinas siga perpetuándose.
Salud sin Daño trabaja con muchas organizaciones para respaldar su importante trabajo a la vez que busca soluciones al problema de la incineración de residuos.
En 2004, colaboramos con el Departamento de Salud de Filipinas, junto con la Organización Mundial de la Salud, para demostrar que existen alternativas viables a la incineración de los residuos de las campañas de vacunación. Como resultado, Filipinas se convirtió en el primer país en tratar los residuos de un programa de vacunación a escala nacional sin recurrir a la incineración o a la quema a cielo abierto.
A través de la Campaña para la Eliminación del Sarampión de Filipinas (PMEC, por su sigla en inglés) se vacunó a 18 millones de chicos durante el mes de febrero de 2004. Se estima que en poco más de un mes el PMEC descartó 19,5 millones de jeringas que se recogieron en 162.000 contenedores rígidos, equivalente a alrededor de 810.000 litros o 130.000 kg de residuos cortopunzantes. También se produjo un adicional de 740.000 litros o 72.000 kilos de residuos no peligrosos (frascos y ampollas de vacunas vacíos, envoltorios de jeringas, cápsulas vacías de vitaminas, algodón, tapas de jeringas, y embalajes).
La Campaña contra el Sarampión presentó una oportunidad para demostrar y documentar el manejo y la disposición de residuos sin incineración o quemas a cielo abierto durante un campaña de vacunación masiva.