Buenos Aires (15 de junio de 2011) — A continuación, reproducimos un artículo publicado por el diario Página/12 de Argentina. Para leer la nota en el sitio online del diario, haga click aquí.
Un peligro en las peluquerías
El formaldehído se encuentra en los alisadores de cabello y en menor proporción en los esmaltes de uñas. El Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental norteamericano emitió el alerta. La opinión de expertos argentinos.
Un compuesto químico presente en los alisadores de cabellos que se ofrecen en peluquerías y también en los esmaltes de uñas fue incorporado por el gobierno de Estados Unidos a la lista de sustancias cancerígenas. Se trata del formaldehído, que en determinadas disoluciones se conoce como formol. El Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental norteamericano emitió un alerta y advirtió a la población reducir su exposición al formaldehído, entre otras sustancias. Según informó The New York Times, la publicación del reporte fue postergada cuatro años por la intensa presión de la industria química. Página/12 publicó ya en 2006 una investigación que alertaba sobre la peligrosidad de ese producto.
¿Hay que dejar de pintarse las uñas? ¿Qué riesgos se corre con el alisado? Las opiniones son diversas. La profesora de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, Adda Villamil, prefirió llevar calma y aclaró que el riesgo “depende de las dosis y del tiempo de exposición” a la sustancia cancerígena. “En este caso, el más expuesto es el peluquero, pero no significa que vaya a contraer cáncer si se protege con una máscara, por ejemplo. La gente no se tiene que alarmar. En el caso del esmalte de uñas las concentraciones son extremadamente bajas y no implican un riesgo para el usuario”, consideró Villamil en diálogo con Página/12.
El médico Daniel Gómez, miembro del Consejo Ejecutivo del flamante Instituto Nacional del Cáncer y director general del Laboratorio de Oncología de la Universidad Nacional de Quilmes, opinó en la misma línea: “Hay que tomarlo como una advertencia. Existe una gran diferencia entre una mujer que se pinta las uñas y un hombre que trabaja en una morgue con formol todos los días. En el caso del alisado, el problema es más para el estilista que para quien recibe el tratamiento”, indicó Gómez.
En cambio, Verónica Odriozola, coordinadora para América Latina de Salud sin Daño, una ONG que trabaja en temas de salud ambiental, se mostró más cauta. “Prefiero pararme en un lugar más conservador. Es inaceptable que una sustancia cancerígena esté presente en un producto cosmético. Los intereses económicos son enormes. Sabemos el tiempo que se tardó en prohibir los asbestos sabiendo que eran cancerígenos y en el caso del tabaco ni siquiera se prohibió, sino que está restringido su consumo. Estas advertencias hay que escucharlas. Si un organismo del gobierno norteamericano sale a advertir es posible que sepa más de lo que dice”, indicó Odriozola.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos del gobierno de Estados Unidos difundió su 12 Informe sobre Carcinógenos, que identifica los productos químicos y agentes biológicos que pueden poner a las personas en mayor riesgo de desarrollar cáncer, de acuerdo con la evidencia científica. “Reducir la exposición a los agentes causantes de cáncer es algo que todos queremos, y el Informe sobre Carcinógenos proporciona información importante sobre las sustancias que plantean un riesgo de cáncer”, dijo Linda Birnbaum, directora del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS, por su sigla en inglés) y del Programa Nacional de Toxicología (NTP).
En el nuevo informe se agregaron ocho sustancias, entre las cuales figura el formaldehído. Con esas incorporaciones, la lista asciende a 240 sustancias. El gobierno norteamericano aclaró que “la inclusión en el Informe sobre Carcinógenos en sí mismo no significa que una sustancia vaya a causar cáncer. Muchos factores, incluyendo la cantidad y duración de la exposición y la susceptibilidad de un individuo a una sustancia, afectan para que una persona desarrolle cáncer”.
No obstante, John Bucher, director asociado del NTP, señaló: “Este informe pone de relieve la conexión crítica entre la salud de nuestra nación y lo que hay en nuestro entorno”. En abril, la Administración Federal de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) advirtió que un producto para el cuidado del cabello, Brazilian Blowout Acai Professional Smoothing Solution, contenía niveles inaceptables de formaldehído e informó que estaba investigando quejas de trabajadores de salones de belleza sobre su posible exposición al formol contenido en los alisadores.
Entre las recomendaciones que da el organismo a las peluquerías se incluyen instalar sistemas de ventilación, que los empleados usen máscaras al aplicar los productos y utilizar niveles bajos de calor en los secadores de pelo y en las planchitas que se aplican para el alisado.
El formaldehído ingresa por las vías respiratorias. Es un gas incoloro, inflamable, de olor fuerte, que es utilizado para hacer resinas usadas en artículos para el hogar como revestimientos, plásticos, fibras sintéticas, textiles y acabados.
“Ante la evidencia, yo no dejaría que mi hija se pinte las uñas ni yo me las pintaría. Ni tampoco me expondría al alisado de cabellos con formol”, señaló Odriozola, de Salud sin Daño. La profesora Villamil, en cambio, dijo que “no se produce la absorción del formaldehído a través de la uña cuando se pintan con esmalte” y “que no corre riesgo una mujer que se realiza el alisado”. “Todo agente cancerígeno tiene que ver con su acumulación en el tiempo. Hay que hacer un uso racional de estos productos. Si los estilistas trabajan con barbijos, guantes o máscaras, estarán protegidos”, agregó Gómez, del Instituto Nacional del Cáncer.
Artículo de Mariana Carabajal.
Fuente: Página/12