Buenos Aires (22 de septiembre de 2011) — La Defensoría del Pueblo de Argentina exhortó al Ministerio de Salud de la Nación a “adoptar las medidas conducentes para culminar, a corto plazo, el reemplazo de los termómetros de mercurio”.
Lo hizo a través de la Resolución 160/2011. “No hay razones para seguir permitiendo la venta de un producto que contiene un material tóxico y que se rompe con facilidad, existiendo alternativas”, aseguró Verónica Odriozola, coordinadora regional de Salud sin Daño. “Es el Estado quien debe asegurar la calidad de las alternativas a la venta y que estén accesibles para toda la población”.
En respuesta a la solicitud de la organización Salud sin Daño (actuación 6156/2010), el Defensor del Pueblo de la Nación dictó la Resolución Nº 160/2011 que, además, expresa que el Ministerio de Salud de la Nación “deberá atender la situación de los grupos vulnerables, garantizando su acceso a las alternativas correspondientes”.
De este modo, la voz del Defensor del Pueblo se suma a la de la coalición Salud sin Daño y a la de prestigiosas instituciones como la 1° Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la UBA, la División Toxicología del Hospital Fernández, la Sociedad Argentina de Pediatría, la Sociedad Argentina de Infectología, la Unidad Tóxico Ambiental de la Provincia de Córdoba, el Servicio de Toxicología del Hospital de Niños de Córdoba, la Unidad Pediátrica Ambiental Hospital de Pediatría Dr. J.P. Garrahan, la Fundación de Investigaciones Genómicas, la Federación Argentina de Enfermería, la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina de la U.B.A., el Instituto Técnico de Acreditación Establecimientos de Salud, el Servicio de Esterilización del Hospital Nacional "Profesor Dr. Alejandro Posadas" y la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Médicas Universidad Nacional de Rosario. Todas estas instituciones hicieron llegar una carta al Ministro Jorge Manzur en abril de este año.
Los hospitales de nuestro país y del mundo están reemplazando los termómetros de mercurio amparados en recomendaciones del propio Ministerio de Salud y de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, ese organismo argentino no ha entendido necesario aún prohibir su venta al público en el país. “El mercurio es un metal tóxico que contamina el planeta y daña la salud humay no debe seguir formando parte de productos que se rompen en nuestras casas”, concluyó Odriozola.
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