“El sector salud no debe ser generador de riesgos químicos para los trabajadores ni para la población en general, menos aún cuando existen alternativas”
Buenos Aires (5 de septiembre de 2013) — El derrame de una sustancia química utilizada en el servicio de Rayos del Hospital Santojanni de la ciudad de Buenos Aires deja en evidencia las fallas existentes en el manejo de las sustancias químicas de uso frecuente en los establecimientos de salud.
Este hecho se suma al escape de óxido de etileno —gas cancerígeno utilizado en la esterilización— ocurrido en el Hospital San Bernardo de la ciudad de Salta hace unas semanas, que afectó a 111 pacientes y trabajadores.
“Se trata de una muestra de un problema aún mayor: el hecho de que el sector salud es generador de riesgos químicos y otros riesgos sobre la salud de sus propios trabajadores y de la población en general, algo que no debería ocurrir, especialmente cuando existen alternativas”, sostiene Verónica Odriozola, coordinadora regional de Salud sin Daño para América Latina. “Aunque el mandato del sector salud es prevenir y curar enfermedades, la gran paradoja es que la prestación de servicios de salud —principalmente, los hospitales— a menudo contribuye a generar nuevos problemas”, agrega.
Los hechos
En declaraciones periodísticas, la ministra de Salud de la ciudad de Buenos Aires informó que el incidente se produjo el miércoles por la tarde, cuando un grupo de operarios estaba realizando “un arreglo en el techo del depósito cercano al servicio de Rayos” del Hospital Santojanni, en el barrio de Mataderos. En un determinado momento, de acuerdo con su relato, “se derribó un bidón” que contenía el líquido que se utiliza para revelar las placas radiográficas. Más tarde, también en declaraciones a los medios, el director del hospital confirmaba que se había tratado de “un derrame de líquido revelador de placas”.
En el proceso de revelado de la película radiográfica, se utilizan líquidos peligrosos que, en muchos casos, no son manejados adecuadamente. Por otra parte, los productos químicos deben almacenarse en lugares seguros, respetando la legislación específica vigente y las instrucciones del fabricante. Todos los productos químicos cuentan con fichas de seguridad con información relevante para su manipulación y almacenamiento, pero estas no suelen estar claramente disponibles para quienes los manipulan o pueden estar expuestos a ellos. Al mismo tiempo, es importante que los trabajadores cuenten con todos los elementos de protección personal, además de estar capacitados para saber actuar ante eventuales derrames accidentales.
“Estos dos incidentes son apenas una muestra del desmanejo de sustancias químicas que, en general, existe en la mayoría de los hospitales”, asegura Verónica Odriozola, coordinadora regional de Salud sin Daño. “Habitualmente, se almacenan sin tener los recaudos necesarios que hay que tener para las sustancias tóxicas, así como tampoco se respetan los planes de manejo seguro. Por eso, el sector salud debe comenzar a incorporar una mirada más responsable sobre las sustancias tóxicas que utiliza, priorizando sustituirlas por métodos más seguros”, agrega.
Reemplazo de sustancias químicas peligrosas
Actualmente, en Argentina, Salud sin Daño está trabajando junto con la Secretaría de Salud Pública de la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe) y el Hospital General de Agudos “Bernardino Rivadavia” (ciudad de Buenos Aires) para promover el reemplazo de las sustancias químicas peligrosas utilizadas habitualmente en hospitales por otras de menor o nula peligrosidad, tanto para las personas como para el ambiente.
El objetivo general de este proyecto es demostrar que es posible reemplazar esas sustancias peligrosas, además de elaborar materiales técnicos que permitan replicar la experiencia en otras instituciones de salud del país y de la región. Las sustancias que se reemplazarán han sido identificadas por Salud Sin Daño como de interés para la ejecución de la iniciativa Enfoque Estratégico para la Gestión de Productos Químicos (SAICM, por sus siglas en inglés).
El sector de la salud es gran consumidor de sustancias químicas, incluidas algunas que tienen serios efectos —ampliamente documentados— sobre la salud y el medio ambiente. "Buscamos que los hospitales puedan ir más allá de su compromiso de curar y atender la salud de la población, al evitar ser ellos mismos fuente de contaminantes que pueden afectar a los trabajadores y a la comunidad, liderando un cambio en la dirección correcta”, explica Odriozola. “En este sentido, teniendo en cuenta los últimos sucesos, sería una excelente idea poder comenzar a trabajar en un plan de sustitución de sustancias químicas peligrosas en todos los hospitales de la ciudad de Buenos Aires y del país”, agrega.
- Conozca más detalles acerca del acuerdo firmado por Salud sin Daño con la Secretaría de Salud Pública de Rosario y el Hospital Rivadavia.
- Para saber qué puede hacer el sector salud para reemplazar las sustancias químicas peligrosas, puede consultar el sitio web de la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables.
- Para más información acerca del problema que representan las sustancias químicas para la salud, lo invitamos a visitar nuestro sitio web.
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