La contaminación del aire constituye una emergencia de salud pública. La simple acción de respirar aire contaminado durante períodos prolongados puede generar múltiples problemas de salud, tanto crónicos como agudos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi la totalidad de la población mundial (99 %) respira aire que excede los límites guía de la OMS y que contiene altos niveles de contaminación. Los países de ingresos medios y bajos son los que padecen las exposiciones más elevadas.

Algunas de las fuentes de contaminación que comprometen la salud respiratoria son también responsables del cambio climático. Por ejemplo, la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) para electricidad, calefacción y transporte es una de las grandes responsables del cambio climático y la principal fuente de contaminación atmosférica. Según una investigación conjunta, «en 2018 fallecieron más de 8 millones de personas debido a la contaminación por combustibles fósiles, un número significativamente superior al sugerido en el estudio anterior, lo cual significa que la contaminación atmosférica producto de la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el diésel, causó la muerte de 1 de cada 5 personas a nivel mundial».

La contaminación del aire incrementa la mortalidad y las lesiones derivadas de los fenómenos meteorológicos extremos, la propagación de las enfermedades infecciosas, las alergias respiratorias, el asma, las afecciones respiratorias crónicas y la malnutrición, y genera complicaciones en el desarrollo infantil, problemas de salud mental y trastornos relacionados con el estrés. También es uno de los grandes responsables del desplazamiento poblacional, las migraciones, y la inestabilidad y los conflictos ocasionados por el clima.

Imagem
Air pollution in India. Credits: Hairu Nisha K

Crédito fotográfico: Hairu Nisha K, India

¿Qué hacemos?

Salud sin Daño trabaja con profesionales de la salud para concientizar a las comunidades respecto de los impactos de la contaminación del aire sobre la salud y para promover mejores políticas en esta área.

Las y los profesionales de la salud suelen ser las voces que más confianza inspiran en sus comunidades. Las autoridades nacionales acuden a su figura en busca de consejo, las familias les depositan su confianza y la ciudadanía quiere adherir a lo que tienen para decir sobre la salud. 

Cuando el personal médico, el personal de enfermería, los hospitales y los sistemas de salud adoptan una postura pública respecto de la contaminación del aire y el cambio climático, estos temas pueden replantearse como cuestiones de salud pública y contribuir a movilizar la opinión y las políticas públicas.

Imagem
Photo: Lung Care Fundation

Crédito fotográfico: Lung Care Foundation

Temas polémicos como la contaminación del aire también pueden politizarse con facilidad, dado que el problema suele estar firmemente arraigado en los modelos de desarrollo económico establecidos. Las voces de las y los profesionales de la salud pueden ayudar a despolitizar el debate, a educar a un público más amplio, a impulsar campañas para una transición energética justa y, en última instancia, a influir en las decisiones políticas en materia de fuentes de energía, infraestructura, planificación urbana y diseño. 

Nuestras oficinas en Europa, Estados Unidos y el Sudeste Asiático, nuestro equipo regional en América Latina, y nuestros socios en Australia, Brasil, China, India, Sudáfrica y Nepal, trabajan con personal médico y de enfermería, hospitales y sistemas de salud, representantes gubernamentales y comunidades locales. Realizan y publican trabajos de investigación, difunden información en las redes sociales, articulan con las personas responsables de formular políticas tanto estatales como nacionales, y colaboran con diversas organizaciones en el sector ambiental y en el sector de la salud.

¿Cómo impulsamos la acción?
Nuestra visión del futuro: aire limpio, equidad sanitaria y justicia climática

La labor de Salud sin Daño y la de nuestros socios consiste en movilizar al sector de la salud para que reduzca su huella ambiental y promueva la salud y la justicia ambientales. Esto se lleva a cabo a nivel político, a lo largo y a lo ancho del sector de la salud, y en las bases con las comunidades afectadas por la contaminación.

En este espacio, aspiramos a multiplicar la voz del sector de la salud para impulsar una transición justa de una economía que depende de los combustibles fósiles a una que valore la salud y promueva la sostenibilidad y la equidad sanitarias mediante el uso de energía limpia, renovable y saludable.

El éxito dará paso a un movimiento global dinámico y efectivo que incluirá a profesionales de la salud, responsables de la toma de decisiones en el ámbito sanitario y comunidades que participarán activamente en la tarea de promover la salud y contribuir al movimiento global por un aire limpio y un planeta saludable.

Más información