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Hospital Dr. Giordano de Albardón / Crédito: SurSolar

Hospital Dr. Giordano de Albardón / Crédito: SurSolar

El Programa de Eficiencia en Refrigeración de Kigali (Kigali Cooling Efficiency Program: KCEP, por  sus siglas en inglés) es una “colaboración filantrópica que trabaja en conjunto con la Enmienda de Kigali del Protocolo de Montreal ayudando a los países en desarrollo a hacer la transición hacia soluciones de refrigeración asequibles, respetuosas con el clima y  energéticamente eficientes”. 

En este marco, Salud sin Daño y Rock Environment and Energy Institute (REEI, socio estratégico de Salud sin Daño en China), implementaron el proyecto Sistemas de refrigeración eficientes, monitoreados y saludables en hospitales, que contó con el financiamiento de la Fundación ClimateWorks. La iniciativa tuvo por objetivo la realización de auditorías energéticas y la adopción de sistemas de monitoreo de energía en hospitales en Argentina, China y Filipinas, con foco en los sistemas de refrigeración.

La refrigeración y el aire acondicionado son responsables del 7% de los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global y se proyecta un importante aumento a medida que la urbanización y las economías crezcan y que la temperatura mundial siga subiendo. 

Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la refrigeración en establecimientos de salud generan una contribución significativa al cambio climático [1]. A nivel mundial, se estima que la refrigeración en los hospitales contribuye anualmente con 365Mt CO2e. A su vez, si no se realizan esfuerzos para mejorar la eficiencia o avanzar hacia una matriz energética que no incluya a los combustibles fósiles, el impacto climático derivado de la refrigeración en los hospitales podría triplicarse para 2040. 

El sector de la salud debe atender este tema, tanto por su responsabilidad como intenso emisor de GEI relacionados con refrigeración, como por su necesidad de ofrecer una adecuada atención (cadena de frío de vacunas, alimentos, medicamentos; confort térmico de pacientes y personal; operación de maquinarias y tecnología). Por lo tanto, la búsqueda de alternativas eficientes y limpias, el diseño de estrategias de eficiencia energética y reducción de consumo de energía en refrigeración, y la consideración del criterio ambiental en la construcción de nuevos establecimientos de salud y en compras de equipos, son indispensables para el presente y futuro del sector de la salud y el cuidado de las personas. 

En la actualidad, muchos hospitales y establecimientos de salud no poseen la información necesaria para comprender cuáles son los beneficios de invertir en eficiencia energética vinculada con la refrigeración. El proyecto abordó esta problemática a través de la realización de auditorías energéticas con enfoque en refrigeración en establecimientos de salud de Argentina, China y Filipinas. Posteriormente, un hospital de cada país llevó a cabo un proyecto de mejora de eficiencia energética para reducir su consumo y demanda, de manera de demostrar los beneficios económicos, sociales y ambientales de trabajar en una refrigeración eficiente y climáticamente responsable.

Demostrar que los hospitales pueden reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al aumentar la eficiencia de sus sistemas de refrigeración y que las auditorías energéticas proporcionan la información que necesitan los administradores del hospital para identificar cuáles son los beneficios asociados.

  • Identificar oportunidades de eficiencia energética en refrigeración para hospitales en una amplia gama de entornos en Argentina, China y Filipinas.
  • Demostrar que las auditorías energéticas brindan a los responsables de la toma de decisiones información central para la mejora de la eficiencia energética de sus instalaciones, reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir los costos directos e indirectos asociados.
  • Aumentar el conocimiento sobre las tecnologías más eficientes y de menor impacto climático disponibles en cada país, centrándose en las oportunidades específicas y las condiciones especiales relacionadas con cada hospital, la zona climática, la orientación solar de los edificios, las regulaciones locales, la disponibilidad de tecnología de los equipos y de la operación y mantenimiento, entre otros aspectos.
  • Facilitar el acceso a tecnologías de alta eficiencia a través de su implementación en los proyectos demostrativos.
  • Promover la realización de auditorías de refrigeración en los hospitales mediante la difusión de los hallazgos clave y la promoción de políticas que fomenten la implementación de programas de eficiencia de refrigeración a nivel municipal y nacional, y entre los principales actores globales del sector de la salud.
  • Identificar posibles fuentes de financiamiento y mecanismos financieros para la implementación de los hallazgos clave de las auditorías energéticas.

El primer paso del proyecto fue la contratación y selección del equipo de consultores. Para ello, Salud sin Daño desarrolló los términos de referencia (TdR) para las auditorías, que luego adaptó para ofrecer un modelo de TdR a las instituciones interesadas en realizar auditorías energéticas.  

Posteriormente, se seleccionaron los hospitales que participaron en el proyecto. El equipo de Salud sin Daño decidió trabajar exclusivamente con hospitales públicos que tuvieran diferentes niveles de complejidad y diversas ubicaciones geográficas. El primero en sumarse fue el hospital pediátrico de alta complejidad más importante de Argentina y con el cual Salud sin Daño tiene una extensa colaboración: el Hospital Dr. J. P. Garrahan. La segunda institución seleccionada fue el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (CEMAR), en Santa Fe, cuyos responsables de la gestión energética habían trabajado previamente con Salud sin Daño.  Dicho establecimiento funciona junto a la Maternidad Martin, que fue emplazada en 2006 en los últimos pisos del edificio. Finalmente, se seleccionó al Hospital Dr. Giordano de Albardón, en la provincia de San Juan, para realizar la auditoría y, posteriormente, llevar a cabo el proyecto demostrativo. La decisión se basó en que el establecimiento es parte de una estrategia de salud pública que involucró la construcción de varios centros de salud con similares características edilicias, por lo que los resultados podrían extrapolarse a los mismos. 

En marzo de 2019, se realizó el taller de lanzamiento del proyecto en Buenos Aires, con la participación de los/as auditores/as, representantes de los tres hospitales seleccionados y el equipo de Salud sin Daño. En la reunión se explicaron los objetivos y fundamentos del proyecto, así como un plan de trabajo detallado. Los/as representantes de los hospitales recibieron capacitación técnica y compartieron la información recopilada sobre el uso y consumo de energía.  

Las auditorías se planificaron en coordinación con los hospitales y su implementación comenzó en junio de 2019.  En agosto de ese año se presentaron los informes finales, que ofrecían información detallada sobre tendencias de uso y consumo, tipo, número y características de los equipos de enfriamiento, así como oportunidades para mejorar la eficiencia del sistema. Incluyeron también una lista de recomendaciones para lograr una gestión de energía limpia y climáticamente inteligente, al tiempo que destacaban sus posibles beneficios económicos y ambientales.

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Línea de tiempo KCEP

Los principales resultados de las auditorías fueron presentados en el taller de puesta en común que se realizó en San Juan, provincia donde se implementó el piloto de demostración. Se contó con la participación de representantes de los tres hospitales y autoridades de los sectores de salud, arquitectura, ciencia y tecnología provinciales, además del equipo consultor y de Salud sin Daño.  

Luego de recibir los informes finales, los hospitales evaluaron las recomendaciones que podrían llevar a cabo tomando en consideración aspectos económicos y operativos y las condiciones a tener en cuenta, así como los potenciales beneficios ambientales, económicos y de salud. Si bien algunos se vieron interrumpidos por la disrupción que significó la pandemia por COVID-19, muchos pudieron reanudarse, con la determinación de avanzar hacia una gestión de energía y refrigeración más eficiente y limpia.  

Como última etapa, a principios de 2021, con la colaboración de Salud sin Daño y el equipo de consultoría, comenzó la implementación del piloto en el Hospital Dr. Giordano de Albardón. El proyecto está actualmente en progreso, generando una reducción del consumo de electricidad.  

Actividades de implementación del proyecto en Argentina:

Las auditorías les permitieron a los hospitales comprender las características de su consumo de energía vinculado con la refrigeración y los costos asociados, además de ayudarlos a identificar las acciones que pueden implementarse para mejorar la eficiencia, principalmente en términos de refrigeración. Al mejorar la eficiencia de los sistemas de refrigeración, los hospitales bajarán sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y ahorrarán dinero, año tras año, gracias a la reducción de su consumo de energía. 

Si bien muchos de los planes diseñados en 2019 luego de las auditorías no han podido ser completados como consecuencia de la pandemia por SARS-CoV-2, estos han sido retomados en 2021. Se espera que los resultados reflejen el esfuerzo que han hecho las instituciones al realizar las auditorías y abordar la temática de refrigeración eficiente, inspirando al resto de los actores del sector a avanzar en la misma dirección. 

El reporte final y el capítulo 5 de la edición 2021 del informe “Hospitales que curan el planeta”,  ofrecen información integral sobre el proyecto, así como el estudio de caso del Hospital Dr. J. Giordano de Albardón (Argentina). Los pilotos desarrollados en China y Filipinas se detallan en los estudios de casos del Hospital Huilongguan de Beijing (China) y el Hospital St. Paul de Iloilo (Filipinas). Finalmente, Salud sin Daño y el equipo de auditoría diseñaron una lista de verificación para que los establecimientos puedan evaluar su trabajo en eficiencia energética y refrigeración, y detectar áreas en las que se podría mejorar.

A escala global, el proyecto beneficiará a un grupo más amplio de hospitales, ya que los resultados del proyecto serán compartidos con actores globales clave del sector de la salud —como la Organización Mundial de la Salud y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, entre otros— y organismos multilaterales de financiamiento —Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial— y abogará por políticas y directrices para respaldar la eficiencia energética en refrigeración.