Alcanzar la cobertura de salud universal de manera sostenible representa quizás el desafío más significativo del sector. La sostenibilidad, en este contexto, va más allá de la simple atención médica: implica abordar la responsabilidad ambiental y social como un componente esencial en la prestación de servicios de salud.
La sostenibilidad invita a que las prácticas en el sector no sólo respondan a las necesidades inmediatas de la población, sino que contribuyan de manera efectiva a la preservación de los recursos naturales y la salud planetaria.
La adopción de estrategias alternativas, como la implementación de tecnologías limpias, sistemas de gestión energética y energías renovables, la atención sanitaria circular y la gestión sostenible de residuos, así como la adopción de productos farmacéuticos de bajo impacto, alimentos saludables y edificaciones con cero emisiones, son sólo algunos ejemplos que se presentan como cruciales en este contexto. Estas medidas no sólo ayudan a minimizar la huella ambiental de las instalaciones médicas, sino que fomentan un entorno saludable para pacientes, personal y la comunidad en general, abordando integralmente los desafíos actuales del sector.
Además de nuestro trabajo en cambio climático y salud, sustancias químicas, residuos y compras sostenibles (ver menú principal), también aportamos soluciones en otros objetivos de la Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables.
Agua
En muchas partes del mundo, el agua potable es un recurso escaso que presenta un significativo desafío para la salud ambiental a escala mundial.
En los países en desarrollo, en ocasiones la prestación de servicios de salud se produce en contextos donde las instalaciones municipales de tratamiento o suministro de agua son inadecuadas o no existen. Esta falta de agua y de infraestructura sanitaria es uno de los principales problemas que afectan directamente a los hospitales y a los sistemas de salud, ya sea porque los sobrecargan con una mayor incidencia de enfermedades en la población, porque les impiden contar con servicios básicos de suministro de agua, cloacas y disposición de residuos para cumplir con su misión, o por ambas razones.
En general, los establecimientos de salud pueden conservar los recursos hídricos a través del aprovechamiento de fuentes alternativas para usos no potables, la medición cuidadosa del consumo y la calidad del agua –especialmente la de consumo humano–, la instalación de artefactos y tecnologías que la utilicen de manera eficiente, el cultivo de plantas resistentes a las sequías, la procura de la pronta reparación de las pérdidas y la garantía de un manejo adecuado de efluentes y vertimientos, entre otros.
Transporte
El transporte es una de las principales fuentes de contaminación del aire en todo el mundo, y repercute en la salud de manera significativa, especialmente en las zonas urbanas. La exposición al monóxido de carbono, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno puede causar enfermedades respiratorias y alterar los sistemas de defensa pulmonares.
El sector de la salud, con sus flotas de ambulancias, vehículos hospitalarios, vehículos para entregas y medios de transporte para pacientes y empleados/as, es un sector que conlleva requerimientos de transporte muy elevados. Los efectos de la contaminación del aire que produce este sector se concentran en torno a instalaciones hospitalarias de gran envergadura.
La adopción de tecnologías híbridas, vehículos totalmente eléctricos y combustibles alternativos, permite reducir las emisiones de las flotas de vehículos, incluidas ambulancias y furgonetas. Las campañas de movilidad sostenible que alientan al personal y a pacientes a trasladarse en bicicleta, usar el transporte público o compartir el vehículo, así como la instalación de bici parqueaderos o estaciones de carga eléctrica también pueden ayudar a incentivar la adopción de prácticas que reduzcan las emisiones contaminantes en relación con los centros de atención médica.
En suma, es importante desarrollar estrategias de provisión de transporte y servicios que reduzcan la huella de carbono de los hospitales y su incidencia en la contaminación local.
Alimentos
Los hospitales, como proveedores de salud, tienen el incentivo natural para proporcionar alimentos que sean saludables para las personas y el ambiente. La administración de los alimentos puede darse en una variedad de maneras que tienen consecuencias en términos de nutrición, riesgo de enfermedad, salud pública, salud ambiental, social y bienestar económico. Las decisiones de compra de los hospitales pueden cumplir un rol muy importante, tanto directa como indirectamente, en nuestra salud ambiental, influyendo sobre la forma en que se producen los alimentos, la manera en que son empaquetados, consumidos y descartados.
Salud sin Daño trabaja con hospitales para adoptar políticas de compras de alimentos que:
- Proporcionen alimentos para pacientes, personal, visitas y público en general, de mayor calidad nutritiva.
- Creen sistemas alimentarios que sean ambientalmente amigables, económicamente viables y socialmente responsables.
A través de la adopción de políticas de compras de alimentos que sean ambientalmente amigables, económicamente viables y socialmente responsables, los sistemas de cuidado de la salud demuestran su comprensión acerca de los vínculos que existen entre la salud humana y la salud de los ecosistemas.
¿Cómo transformamos este desafío?
Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables
Ofrecemos un marco integral para que hospitales y sistemas de salud de todo el mundo reduzcan su huella y promuevan la salud ambiental.