El problema

Con el objetivo de cumplir con las normas de seguridad contra incendios, se suele agregar sustancias químicas que actúan como retardantes de llama a una amplia gama de productos como bombas IV (endovenosas), televisores, computadoras, camas de hospitales, sillas para las salas de espera y cortinas para los consultorios.

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Lamentablemente muchas de estas sustancias químicas retardantes de llama no quedan fijas en el producto que las contiene, sino que lentamente se filtran al aire, a las partículas de polvo y al agua, y terminan ingresando a los alimentos y a nuestros organismos. 

La evidencia demuestra que un subconjunto de estas sustancias químicas conocidas como "retardantes de llama bromados" (BFRs) son propensas a bioacumularse en el ser humano, produciendo efectos adversos en la salud de niños y niñas. 

Salud Sin Daño está trabajando con las instituciones de la atención de la salud con el objetivo de identificar aquellos productos que contengan retardantes de llama bromados y, siempre que resulte posible, reemplazarlos con alternativas más seguras.