Hasta un 80% de los residuos generados en los centros médicos no son peligrosos sino comunes como los que se generan en el hogar o la oficina. Si no se los mezcla con residuos más peligrosos, la mayor parte puede reutilizarse o reciclarse. Esto puede reducir el dinero que se destina a tratamiento especial y disposición e incluso puede generar ahorros al reutilizar elementos que deberían ser comprados nuevamente caso contrario y/o ingresos a partir de la venta del papel, el plástico y otros materiales reciclables. 

Uno de los primeros pasos es implementar un riguroso programa para la segregación de residuos. Clasificar los residuos hospitalarios una vez que se han mezclado con otros residuos es sumamente peligroso y no debería siquiera intentarse nunca.

Recuperar y reutilizar materiales de desecho

La mayoría de los residuos del sector del cuidado de la salud es sorprendentemente semejante a los producidos por un edificio de oficinas o un hotel (papel, cartón y residuos de comida). Los hospitales pueden llevar a la práctica programas bastante simples que desvíen estos materiales del circuito habitual de modo de ser recuperados y reciclados, disminuyendo los costos de disposición.

En América Latina, varios hospitales separan las corrientes de residuos reciclables como papel y cartón, y lo entregan a quienes lo reciclan

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SSD ha estado trabajando con hospitales de Filipinas donde descubrió que era posible reutilizar o reciclar una gran cantidad de productos. Además de los materiales reciclables ya conocidos como papel y vidrio, se encontraron mercados o usos secundarios para muchos otros productos, desde los cartuchos de impresoras hasta las latas de aceite comestible. 

Con respecto a los residuos de alimentos, se los utilizó como abono orgánico en los terrenos del hospital o se los vendió como alimento para animales. Por su parte, el comité se reunió una vez por mes para encontrar nuevas formas de reutilizar los productos. Los distintos hospitales encontraron diversas maneras de aprovechar el dinero ahorrado o ganado a partir de estas nuevas prácticas de gestión de residuos. En uno de los casos, el dinero reunido alcanzó para pagar el sueldo del responsable de gestión de residuos, de manera que todo el sistema resultó autosustentable. Para más detalles sobre el tema, puede leer el informe sobre Mejores prácticas en Filipinas (pdf; en inglés).

Otra medida importante que los establecimientos de la salud pueden tomar es reducir la cantidad de inyecciones que resultan innecesarias

Muchos/as pacientes creen sin razón que darse una inyección es mejor que tomar un comprimido. Sin embargo, las jeringas utilizadas pueden llegar a diseminar infecciones como VIH y hepatitis. Siempre que exista un tratamiento equivalente por vía oral, éste debe ser el método elegido en primer término.

El departamento de compras debería considerar la cantidad y toxicidad de los residuos generados por un determinado producto antes de adquirirlo. Por ejemplo, en lo posible deben evitarse los productos que contengan PVC, mercurio, plata, bisfenol A (comúnmente llamado BPA) u otros materiales tóxicos. Se recomienda elegir productos reutilizables (desde elementos de cocina hasta insumos médicos que puedan esterilizarse y reutilizarse sin riesgos) por sobre los descartables. Cuando los mismos productos sean equivalentes, se debe optar por el que tenga el envase menos pesado o que pueda reciclarse con mayor facilidad, y así lograr una verdadera diferencia entre lo que el establecimiento tiene que pagar para realizar la disposición de los residuos que genere y el ingreso que produzca a partir de lo que pueda vender para ser reciclado. 

Los establecimientos de atención de la salud deben desarrollar políticas de compras que contemplen la minimización de residuos

Los productos de baja toxicidad y baja generación de residuos deben someterse a pruebas para garantizar su confiabilidad y fácil uso, y luego podrán ser agregados a la política de compras por medio de una decisión del comité de gestión de residuos u otra unidad de toma de decisiones.